martes, 22 de febrero de 2011

Turistas

Los italianos son amantes del bel canto y del arte en general, eso todo el mundo lo sabe. Pero también son hábiles negociantes y como tienen un país rebosante de obras de arte en los museos, en las casa, en las calles, es natural que exploten el turismo. Llegan al punto de contratar ángeles para que le muestren a los visitantes las bellezas de sus ciudades. Ni siquiera esos turistas japoneses de la foto pueden resistir la tentación de comerse un buen gelato y escuchar -aunque se hagan los desentendidos- la perorata didáctica de sus dos guías alados.