jueves, 17 de febrero de 2011

Alados II


Por razones que se me escapan, algunos ángeles acaban renunciando a todo tipo de contacto con los seres humanos (sus razones tendrán) y se juntan solamente con colegas y afines. Este ángel que encontré en el cementerio de Capilla de Farruco (13 habitantes en ese momento), en el departamento de Durazno, en el centro del Uruguay, se había amigado con ese pequeño ser alado y asumido su protección. Hay pajaritos muy afortunados, evidentemente.