domingo, 26 de diciembre de 2010

La ciudad abandonada II

Hoy por la mañana Montevideo continuaba ofreciendo el aspecto de haber sido abandonada por sus habitantes. Y no pude menos que recordar otra ciudad muerta cuyas ruinas magníficas yacen sobre el desierto como un espejismo: la legendaria Palmira de la reina Zenobia. Pasear en medio de sus ruinas al atardecer es una sensación extraña, mezcla de asombro ante la belleza de sus orgullosas columnas de mármol que abandonan la arena para señalarnos el cielo, y de la profunda melancolía que provoca la contemplación de una ciudad que desde hace siglos duerme para siempre.