El monito parecía distraído y no haberse dado cuenta del león que rampaba a sus espaldas con las fauces entreabiertas. Estaba por gritarle "¡
ojo atrás, mono tonto, que te pesca el león!", cuando dió un salto y se fue por una rama; me pregunto si no habrá sido todo una escenificación para engañar a los turistas y sacarles plata o alguna banana.