
El caso es que el pobre perrito negro de la foto, entre que estaba con sobrepeso y no podía correr y que lo tenían entre ceja y ceja desde su nacimiento, prefirió mantener un perfil más bien bajo y no mostrar los dientes. Pero como es un animal astuto, se puso en un lugar adonde alguien más grande los mostrase por él, cosa de cumplir con sus obligaciones sin arriesgarse.