lunes, 9 de agosto de 2010

Misterio

El domingo por la mañana caminaba hacia la agencia y al pasar por la Plaza Cagancha, desierta a esa hora, me encontré con ese curioso palco: siete asientos en fila, sin patas, como para siete personas sin piernas o siete enanos (¿los siete enanitos de Blancanieves?). No lo sé, pero lo primero que me pasó por la cabeza es que por algún oscuro motivo no había nadie cerca, quizás fuese coincidencia, quizás no. Tomé la foto y me retiré rápidamente, por si acaso. Nunca se sabe.