El clima trata de engañarnos, ya me di cuenta, de hacernos creer que llega la primavera, nomás, así nos descuidamos y... ¡zás! nos ataca por la espalda con otra dosis de frío. Pero mientras tanto los montevideanos aprovechan para salir un poco y recargar las baterías solares. Algunos exageran, como el señor de más atrás, que se ha desnudado completamente, pero en general, los vecinos se comportan con su proverbial moderación.