viernes, 13 de agosto de 2010

El viejo y el mar

En 1973 mis padres adquirieron una pequeña casa de material sobre la playa de Aguas Dulces, en el departamento de Rocha, unos 250 kilómetros al este de Montevideo. Por esos años, Aguas Dulces recién comenzaba a ser conocido y sus precarios ranchos veraniegos de madera y paja acompañaban la costa a lo largo de cientos de metros. A pocos pasos de las olas, destacaba una edificación más sólida, sobre pilares, una de las primeras del balneario: la casa del "Viejo Barone".
Barone era un octogenario muy querido que pasaba todo el verano en su casa a pocos pasos del mar. Coleccionaba todo tipo de objetos arrojados a la orilla por las olas, por lo que la gente del lugar consideraba que tenía un museo.
Años después, durante un invierno, un espectacular avance de las aguas arrastró la casa de Barone mar adentro y no se volvió a saber de ella nunca más.
Me acordé de Barone porque estoy preparando una carpeta con los retratos que he ido tomando a lo largo de los años y por otra parte en estos últimos días ha estado soplando mucho viento por la costa.