martes, 25 de mayo de 2010

Para no perder el tiempo

¡Bravo por el vendedor de garrapiñada! Mientras aguarda por clientes, lee su libro, indiferente a todo lo que lo rodea, con la cabeza sumergida en otro mundo. Ese señor es de los míos, siempre con un libro a mano, cosa de aprovechar el tiempo, después de todo, el saber no ocupa lugar (aunque los libros, sí...)