martes, 9 de marzo de 2010

Pasado II

Una tarde de 1971 descubrí las ruinas del cine Hindú. Les dediqué un buen rato, fotografiando con mi nueva pequeña Leica, que ya era antigua, lo que restaba de las más bien ingenuas imágenes conque se pretendía estimular la imaginación de los espectadores en los momentos en que las películas eróticas no ocupaban la pantalla. Las parcialmente desvestidas jóvenes y el "amor" habían asediado desde las paredes a los ilusionados infelices que acudían a ese templo de la carne virtual esperando encontrar en el cine el erotismo, o lo que fuese, que la realidad les negaba.
Pero de ese mundo de sórdidos deseos y frustraciones ya no quedaba casi nada, tan sólo esa puerta entreabierta que no conducía a ninguna parte, en medio de los escombros que una inútil escoba olvidada hacía tiempo no había conseguido barrer por completo.