De regreso en Montevideo, en el trabajo, una vez más sometido al continuo aburrimiento de las noticias internacionales, repetitivas y por momentos hasta previsibles, no puedo menos que recordar con respeto a esos nobles y esforzados ciudadanos que debieron quedarse en Piriápolis, enfrentados diariamente a la dura tarea de hacer que el día transcurra lo mejor posible, en medio de electrizantes partidos -¿o debería decir mejor, batallas?- de bochas, junto al mar. Así es la vida, siempre hay seres heroicos que deben sacrificarse por los demás...jueves, 18 de febrero de 2010
Frenesí
De regreso en Montevideo, en el trabajo, una vez más sometido al continuo aburrimiento de las noticias internacionales, repetitivas y por momentos hasta previsibles, no puedo menos que recordar con respeto a esos nobles y esforzados ciudadanos que debieron quedarse en Piriápolis, enfrentados diariamente a la dura tarea de hacer que el día transcurra lo mejor posible, en medio de electrizantes partidos -¿o debería decir mejor, batallas?- de bochas, junto al mar. Así es la vida, siempre hay seres heroicos que deben sacrificarse por los demás...