
Lucen diferentes a nosotros, pero no tanto como para que no los podamos identificar. Solo nos resta esperar a ver su reacción cuando se den cuenta de cómo somos realmente los humanos, me temo que no les caigamos demasiado bien.
Pero no, quizás exagere y me ha arrastrado algún impulso o deseo ocultos, o simplemente, como estoy leyendo un libro de relatos de viaje del escritor Paul Bowles, titulado precisamente "Their heads are green and their hands are blue" (Sus cabezas son verdes y sus manos azules), estoy un poco influenciado y se me ha ido la mano.