jueves, 21 de enero de 2010

Lector



V
olví a casa del trabajo por la rambla, envidiando a los bañistas que se refrescaban en las no muy claras -debido al aumento del cauce de los ríos Uruguay y Paraná- aguas del Río de la Plata.
Venía en eso, en plena envidia, cuando me crucé con ese lector, absorto en su libro en medio del paisaje, con el que me identifiqué plenamente.
¿Qué hacer, pues, envidiar a unos o al otro?
No es fácil la vida de los que tenemos que trabajar en Montevideo durante el caluroso enero...