jueves, 29 de octubre de 2009

Desobedientes


La vocación de todos los militares del mundo parecería ser la de mandonear a todo el que se les ponga delante, civiles incluidos, y la de todos los niños, la de desobedecer.
En ese proceso dialéctico estaban el señor de uniforme y los tres escolares cuando me los encontré en una plaza de Medan, la capital de la isla de Sumatra, en Indonesia.
No sé en qué habrá terminado la cosa porque no me quedé a averiguarlo, hacía mucho calor.