jueves, 24 de septiembre de 2009

Abusivo

Ayer me entregaron mi primera cámara digital, hasta el momento solamente había utilizado las de la agencia, y esta tarde, como de costumbre, iba camino al desk empuñándola con decisión, al acecho de cualquier sorpresa, aunque un poquito más motivado que de costumbre.
Al pasar por la casa de Gobierno, en la Plaza Independencia, fui testigo de un hecho abusivo que me apresuré, como buen reportero, a registrar cuidadosamente.
Supongo, por sus facciones, la blancura de su tez y sus cuerpos bien modelados por el ejercicio, que se trataría de algo así como un grupo de turistas nórdicos, los que, debo consignarlo también, iban un poquito desprovistos de más de ropa, seguro que porque sentían calor en nuestro clima.
Llegué precisamente cuando un par de jóvenes locales desaprensivos y de pésimos modales procedían a ayudarlos a bajar de una vieja camioneta y al hacerlo manoseaban ignominiosamente a dos de las mujeres.
Podría haber terciado para detener el atropello, pero después de todo, eso era problema de ellos y uno de los integrantes masculinos del grupo exhibía (indecorosamente) bien formados bíceps y tríceps y bien podía reaccionar, si eso es lo que quería hacer. Por otra parte, el deber de todo buen periodista es informar, no de intervenir, y eso es lo que estoy haciendo ahora.