Otras imágenes similares, tomadas con un año de diferencia y en ciudades distantes 10.000 km entre sí. El azar puso ambas situaciones delante de mi cámara, pero en mi descargo debo recordar las palabras de Cartier-Bresson, que dijo que el azar se da a aquellos que lo buscan.
martes, 30 de septiembre de 2025
miércoles, 24 de septiembre de 2025
Replicaciones II
En el caso de las imágenes de hoy es diferente: ya no se trata del inconsciente divirtiéndose a costa mía, sino de de la utilización consciente de un recurso compositivo para expresar lo mismo. En los tres casos se trata de varias personas ocupadas en algo común: leer en Braille, en el primer caso, cocinar para un almuerzo mensual en una asociación cultural en el segundo o pasar el rato jugando a la cartas en un parque público en el tercero. También las circunstancias fueron otras. No son fotos encontradas en una de esas búsquedas entregado al azar objetivo; las dos primeras las tomé en sendos reportajes y la tercera sí, mientras me paseaba por uno de esos hermosos y limpios parques que tienen los chinos en sus ciudades, en este caso en la costera Xiamen, en el sur de China.
martes, 23 de septiembre de 2025
Replicaciones
Revisando mi archivo de imágenes, ya sea buscando algo en particular o por el simple placer, a menudo me sorprende encontrar alguna cuya temática y composición me recuerdan a otra tomada largo tiempo atrás y cuya semejanza hasta ese momento no había percibido. Algo así como un objet trouvé, en este caso más bien una photo trouvée creada, más que una simple coincidencia, por una travesura de mi inconsciente. Ese hallazgo me causa mucho placer, porque me revela cosas acerca de mi mismo que siempre están tratando de aflorar y de manifestarse de alguna manera, lo que ocurre, en mi caso, frecuentemente cada vez que salgo a vagabundear cámara en mano.
miércoles, 17 de septiembre de 2025
De no lugares y del tiempo
48 años separan a las dos fotografías de hoy, tomadas por la misma persona, al menos del punto de vista legal, pero parafraseando a Borges, "el mismo, el otro". La primera fue en Oruro, camino de La Paz, en mi primer viaje, iniciático si se quiere, por Bolivia. Estábamos en una habitación de hotel con una amiga casual, charlando apenas para matar las horas que nos separaban de la partida de nuestros respectivos autobuses, como dos "trenes que se cruzan en la noche", para usar un lugar común. Durante dos o tres horas agotamos varios temas de conversación y luego partimos en direcciones opuestas y nunca más volvimos a saber el uno del otro.
Me gusta la imagen, su armonía clásica, la belleza de los objets trouvés de ese no lugar (link). Durante años tuve una copia enmarcada en mi casa junto a la puerta de entrada.
La segunda no es tan interesante plásticamente, pero creo que encaja aún más en la categoría de no lugar y la hice hace tres o cuatro días, durante un aterrizaje forzoso en un sanatorio debido a fallas preocupantes en el sistema de alimentación del combustible de mi fuselaje con demasiadas horas de vuelo. Me gusta más la primera, sin duda, pero juntas me refieren a otra cosa, algo muy caro para nosotros los fotógrafos, creo, que es el pasaje del tiempo y sus inevitables efectos. Al menos para mí siempre lo ha sido (link)
lunes, 1 de septiembre de 2025
Imitador
El jueves pasado fui al Museo Nacional de Artes Visuales a asistir a la ceremonia de cambio de autoridades. Mientras fotografiaba, en el centro de una especie de embudo visual, al director saliente, Enrique Aguerre, enmarcado por las figuras de un grupo de amigos comunes, pude registrar una de las tantas ocasiones en las que la vida imita al arte, pues generalmente se da al revés, según dicen. Sin darse cuenta, supongo, mi amigo el fotógrafo Oscar Bonilla remeda el ademán un tanto inusual del personaje del cuadro que está al fondo, Retrato de Luis E.Pombo, de Guillermo Laborde (link). Indudablemente, en ocasiones la cámara ve más que quien la opera, como en ocurría en la película Teorema (link).
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