miércoles, 17 de septiembre de 2025

De no lugares y del tiempo

48 años separan a las dos fotografías de hoy, tomadas por la misma persona, al menos del punto de vista legal, pero parafraseando a Borges, "el mismo, el otro". La primera fue en Oruro, camino de La Paz, en mi primer viaje, iniciático si se quiere, por Bolivia. Estábamos en una habitación de hotel con una amiga casual, charlando apenas para matar las horas que nos separaban de la partida de nuestros respectivos autobuses, como dos "trenes que se cruzan en la noche", para usar un lugar común. Durante dos o tres horas agotamos varios temas de conversación y luego partimos en direcciones opuestas y nunca más volvimos a saber el uno del otro. 
Me gusta la imagen, su armonía clásica, la belleza de los objets trouvés de ese no lugar (link). Durante años tuve una copia enmarcada en mi casa junto a la puerta de entrada. 
La segunda no es tan interesante plásticamente, pero creo que encaja aún más en la categoría de no lugar y la hice hace tres o cuatro días, durante un aterrizaje forzoso en un sanatorio debido a fallas preocupantes en el sistema de alimentación del combustible de mi fuselaje con demasiadas horas de vuelo. Me gusta más la primera, sin duda, pero juntas me refieren a otra cosa, algo muy caro para nosotros los fotógrafos, creo,  que es el pasaje del tiempo y sus inevitables efectos. Al menos para mí siempre lo ha sido (link)