Escandaloso, inmoral, vergonzoso, todo eso fue el espectáculo que presencié este mediodía en la feria de Tristán Narvaja. Nada menos que un revoltijo de desnudos, muñecos y muñecas ( o "muñecXs", si insisten) mostrándolo todo, todo y al alcance visual de cualquier menor o adulto mayor que pasase por allí. Creo que las autoridades deberían tomar cartas en el asunto, incluso comunicándoselo a Interpol, es posible que esto no sea sino la punta de la madeja de una organización dedicada al tráfico internacional de muñecas Barbie.