Quizás porque no tenía un jardín en su casa, se había hecho uno, con amables flores de estación, en plena calle. Una vez completado su diseño, simplemente se sentó a disfrutar de la vista y el aroma de las flores que competía, hay que decirlo, con el desagradable olor del escapa de los automóviles, generadores del tan imperceptible como siniestro 3,4 benzopireno,